Parabenos: ¿Qué son? ¿Hay que evitarlos?

Escrito por Aïna Munné Bertran el 07/05/2014

Parabenos: ¿Qué son? ¿Hay que evitarlos?

Ante el revuelo de tantos productos anunciados como "sin parabenos" es normal que se generen dudas: ¿por qué ahora demonizamos este ingrediente? ¿Qué quiere decir que los lleve?

Los parabenos son un grupo de conservantes que se utilizan en cosmética y que han generado controversia hasta tal punto que la opinión sobre su uso está muy polarizada.

Por un lado, están los datos: hay parabenos seguros, hay suficiente evidencia científica (y además con años de recorrido) y los organismos que se encargan de indicar si una sustancia es segura o no, están de acuerdo con ello.

Y, en el otro lado de la balanza, la presión mediática: blogs, influencers, incluso las propias marcas, tienen miedo a raíz de un estudio en el que se afirmó que eran cancerígenos.

Lo que está claro es que es fácil caer en bulos por desinformación, y que es importante arrojar un poco de luz sobre este tema.

¿Qué hacen los parabenos?

Los parabenos son unas sustancias conservantes que se añaden a los productos cosméticos y que evitan que proliferen microorganismos, como hongos o bacterias. Además, según los estudios, lo hacen de forma muy eficiente.

Es decir, evitan el deterioro de los productos y la posible contaminación por bacterias que no son buenas para la piel, lo que podría provocar reacciones graves.

No solo se encuentran en los cosméticos: también se utilizan como conservantes en la industria alimentaria y la farmacéutica.

Se estima que alrededor de un 80% de los productos de belleza contienen parabenos como conservante de cabecera.

Cómo identificar los parabenos en un INCI

En el INCI, o lista de ingredientes de un cosmético, se pueden identificar fácilmente por los nombres que acaban en -paraben, -parabeno, o -parabens.

Los parabenos que son seguros son los de cadena corta, es decir:

Methylparaben (E218)

  • Metilparabeno, Methylparaben o E218.

  • Etilparabeno, Ethylparaben.

  • Propilparabeno, Propylparaben o E216.

  • Butilparabeno, Butylparaben.

¿Los parabenos son seguros?

El revuelo viene de un estudio del 2004, que se hizo viral, en el que se estudiaron tejidos de mujeres con cáncer de mama. En esas biopsias detectaron parabenos, y eso les llevó a concluir que era un ingrediente cancerígeno.

A raíz de esto, y con el interés creciente de las consumidoras de cosmética, se empezaron a crear corrientes que apoyaban la cosmética natural vs. la tradicional, dando a entender que la cosmética tradicional contenía "químicos" que podían ser perjudiciales para la piel.

Es algo que aún sigue siendo motivo de debate hoy en día, y que genera mucha confusión a los consumidores.

Como la preocupación era creciente, investigaron más, y encontraron que se comportan de forma similar a los estrógenos, con lo cual se podrían denominar disruptores endocrinos. Sin embargo, "esta actividad es débil comparada con la de las hormonas que naturalmente fabrica el cuerpo", según la nota informativa que publicó el Comité Científico de Seguridad de los consumidores.

Cabe apuntar que este comité es una institución independiente, no pertenece a la industria cosmética y, por lo tanto, es imparcial.

La legislación europea permite el uso de parabenos cosméticos y además, específica la concentración máxima permitida para que sean seguros, igual que hacen con todas las sustancias cosméticas (sean de origen sintético o no).

Y de toda esa persecución a los parabenos, sacamos algo bueno: los considerados de cadena larga (como el bencilparabeno, el fenilparabeno o el isopropilparabeno) salieron de la lista de los ingredientes seguros, y ya no se pueden utilizar como conservantes.

Es importante hacer hincapié en que no se han prohibido porque se consideren disruptores endocrinos o no seguros, sino por la falta de estudios sobre sus efectos en el cuerpo humano. Como confirmó el CCSC (Comité Científico de Seguridad de los Consumidores): "no se puede evaluar el riesgo de estos compuestos".

Como consumidores, los cambios en la legislación a veces asustan pero esto no debería crearnos desconfianza. Es indicativo de que hay un estricto control de lo que se usa para fabricar cosméticos y una preocupación real por la salud de las personas.