Cómo los probióticos mejoran tu salud

Escrito por CuidateMag el 08/02/2017

Cómo los probióticos mejoran tu salud

Si el antibiótico cura una infección matando las bacterias responsables, el probiótico previene el problema, enriqueciendo la microflora intestinal con bacterias positivas. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), “Los Probióticos son microorganismos vivos que cuando son suministrados en cantidades adecuadas promueven beneficios en la salud del organismo huésped”.

Se estima que en nuestro aparato digestivo habitan unas 400 especies de bacterias, algunas de ellas patógenas y otras beneficiosas. Algunas de las bacterias beneficiosas pueden desarrollarse sólo en ambientes que carecen casi totalmente de oxígeno como las bífidobacterias. Otras requieren pequeñas cantidades de oxígeno para vivir y desarrollarse y son por ello denominados organismos microaerófilos, (como el Lactobacillus acidophilus), aunque algunas cepas sean capaces de sobrevivir en su ausencia.

¿Por qué se recomienda tomar probióticos?

Las modernas tecnologías en la industria han eliminado en gran parte el contenido beneficioso microbiano de los alimentos, reduciendo por lo tanto las defensas naturales que contenían cuando se producían de manera tradicional. Esto, unido al ritmo de vida actual (estrés, comidas fuera de casa), hacen que sea recomendable completar el aporte de probióticos con complementos de la dieta.

Tipos de alimentos probióticos

  1. Yogur: uno de los mejores productos o alimentos probióticos es el yogur vivo. Preferiblemente hecho a mano y de leche de cabra

    ya que este tipo de leche y el queso son particularmente altos en probióticos como thermophillus, bifudus, bulgaricus y lactobacillus acidophilus.

  2. Kéfir: éste producto fermentado de la leche es una combinación única de leche de cabra y granos fermentados. Alto en lactobacilos y

    bacterias bifidus, kéfir es rico en antioxidantes.

  3. Chucrut: hecho de col fermentada (así como otras hortalizas), no sólo es extremadamente rico en cultivos vivos y sanos, sino que también ayuda a reducir los síntomas la alergia. También es abundante en vitaminas B, A, E y C.
  4. Chocolate Negro: tiene cuatro veces la cantidad de probióticos que los lácteos diarios que ingerimos. Recuerda que debes comer chocolate con moderación.
  5. Microalgas: como la espirulina, chorella, y las algas azules y verdes. Estos alimentos probióticos han demostrado un aumento en la

    antidad de lactobacillus y bifidobacterias en el tracto digestivo.

  6. Sopa de miso: posee importantes cultivos vivos. Es rica en probióticos, lactobacillus y bacterias bifidus.
  7. Pepinos encurtidos: es un alimento excelente con una abundante fuente de probióticos.
  8. Tempeh: es un grano fermentado, rico en probióticos hecho con granos de soja. Fuente de vitamina B12, esta comida vegetariana

    puede consumirse, salteada, horneada o en ensaladas.

  9. Kimchi: es una forma asiática de col en vinagre, fermentada muy picante y agria. Además de las bacterias beneficiosas es una gran fuente de betacaroteno, calcio, hierro y vitaminas A, C, B1 y B2.
  10. Té de Kombucha: es un té fermentado con un alto contenido de bacterias intestinales saludables.

¿Cúando hay que tomar probióticos?

  • Cuando tomamos antibióticos que tienen un efecto negativo sobre la flora intestinal saludable.
  • Tras sufrir episodios de diarreas u otros problemas gástricos que hayan afectado a la flora intestinal.
  • Durante los cambios de estación, en los que estamos más vulnerables a la hora de contraer enfermedades.

Según los expertos, los probióticos:

1. Aumentan las defensas: protegiéndonos frente a las infecciones.

  • Producen ácidos orgánicos (láctico o acético) que bajan el pH e impiden el desarrollo de bacterias.
  • Producen sustancias antimicrobianas (bacteriocinas).
  • Compiten por gérmenes para ocupar el espacio y desplazarlos.

2. Estimulan la inmunidad:

  • Estimulan la actividad de los macrófagos.
  • Favorecen la producción de anticuerpos (IgA).

3. Equilibran la flora intestinal: protegen de las infecciones y evitan diarreas.

  • Poseen actividad antimicrobiana sobre algunos agentes patógenos de la flora intestinal.