Salud cardiovascular
¿Por qué siempre tengo los pies fríos?
Popularmente se ha extendido la idea de que el colesterol es malo, pero en realidad no es del todo así. Antes de nada es conveniente saber que el colesterol es una sustancia de la familia de los lípidos que se encuentra en nuestro organismo de forma natural y sirve fundamentalmente para la creación de las membranas de las células de nuestros órganos así como para la síntesis de hormonas sexuales y las de origen suprarrenal.
En nuestro organismo encontramos dos tipos de colesterol: el LDL (lipoproteína de baja densidad) y el HDL (lipoproteína de alta densidad). Pues bien, el LDL o conocido como colesterol malo, tiene la función de transportar el colesterol desde el hígado al resto del cuerpo. Lo que sucede cuando los índices del LDL son demasiado elevados es que el exceso se va acumulando progresivamente en las arterias estrechándolas y haciéndolas más rígidas. Ello contribuye a que estemos más expuestos a sufrir accidentes cardiovasculares como infartos. Será necesario vigilar los niveles de este colesterol evitando que lleguen o superen a los 160mg/dl.
Por su parte, el HDL, o colesterol bueno, es el encargado de limpiar el exceso del colesterol malo de las arterias y transportarlo de nuevo al hígado.
Para hacer más fácil la comprensión podemos imaginar que nuestras arterias son una especie de tuberías donde el colesterol malo va acumulando suciedad (grasa) lo que dificulta el paso del agua (sangre). En este punto es donde el colesterol bueno debe actuar como un potente desatascador y eliminar la suciedad (grasa) que provoca el atasco. Por lo tanto, tener unos niveles altos de este tipo de colesterol será muy beneficioso para nuestra salud. Se estima que un nivel ideal es aquel que está por encima de los 35mg/dl en el caso de los hombres y de los 40mg/dl en el caso de las mujeres.
Realizar analíticas con frecuencia nos ayudará a tener bajo control los niveles de cada tipo de colesterol. En caso de que los niveles de colesterol malo sean algo elevados, deberemos reconsiderar nuestra dieta y nuestros hábitos.
Medidas para reducir el colesterol malo
- Realizar ejercicio físico moderado durante al menos 30 minutos al día nos ayudará a eliminar los excesos de grasa de nuestro cuerpo y a mejorar los niveles de colesterol malo.
- Consumir proteína de soja. Introducir en nuestra dieta la proteína de soja contribuirá a reducir hasta en un 10% el colesterol malo. Bastan 25 gramos al día.
- Fibra. Está demostrado que consumir alimentos ricos en fibra como nueces, salvado de avena, cebada, semillas o legumbres reduce el colesterol malo ya que disminuye la absorción del colesterol en el intestino.
- Olvídate del tabaco. Además de que perjudica seriamente tus pulmones y otros órganos del cuerpo, el tabaco reduce drásticamente los niveles de HDL, o colesterol bueno.
- Aumenta el consumo de pescado hasta consumirlo al menos tres veces por semana ya que contiene ácido grasos Omega 3 que ayudan a reducir los triglicéridos. También puedes complementar tu dieta con suplementos alimenticios como Sanon Omega o MegaRed.
Mantener un equilibrio entre el colesterol bueno y el colesterol malo será lo mejor para tu salud. ¡Revísalos con frecuencia!
