¿Puede el uso de pantallas provocar dolores de cabeza?

Escrito por Celia Núñez el 28/06/2023

¿Puede el uso de pantallas provocar dolores de cabeza?

Que a día de hoy es prácticamente imposible huir de las pantallas es una realidad. Ya sea por el ordenador en el trabajo, por que el smartphone nos acompaña a todas partes, por el rato de desconexión frente a la televisión, leyendo el ebook

Lo cierto es que, si nos paramos a pensar, probablemente pasamos más horas al día de las que creíamos pegados a una pantalla; pero, ¿puede esto llegar a ser perjudicial para nuestra salud?

La fatiga visual y la mala postura: el origen del malestar


Tanto si sueles padecer dolores de cabeza como si no, pasar mucho tiempo delante de cualquier pantalla podría desencadenarlo fácilmente.

A menudo, tendemos a pensar que lo único dañino es la luz azul que estas emiten, pero lo cierto es que existen más factores que pueden terminar afectando a nuestra salud:

  • La fatiga visual o astenopía, que se manifiesta con dolor en torno a los ojos, enrojecimiento, visión borrosa y dolor de cabeza a causa del esfuerzo visual 

  • El síndrome visual informático, que a los síntomas anteriores suma la sequedad ocular por reducir el número de veces que pestañeamos.

  • Una mala postura al usar el dispositivo, al no mantener la espalda recta mientras trabajamos, mirar hacia abajo para usar el móvil constantemente…

Se ha demostrado que todos estos síntomas derivados del sobreuso de pantallas (que durante el confinamiento aumentó en torno a un 75% según el Boletín de información sobre el audiovisual en Cataluña), sumados al estrés, ha provocado que cada vez sean más los niños y personas jóvenes afectados por la migraña, bajando radicalmente la media de edad de los pacientes que la padecen.

La luz azul ¿un riesgo para la salud?

A pesar de que, desde hace algunos años, vemos que cada vez se comercializan más productos para protegernos de la luz azul, conviene preguntarse qué hay de cierto en su necesidad y efectividad real.

La luz azul es emitida por el sol y por fuentes de luz artificial como la iluminación LED y las pantallas de los dispositivos electrónicos, y parte de ella (la luz azul violeta) podría suponer un riesgo para la salud ocular, especialmente para el cristalino, cuando la exposición es frecuente y muy prolongada.

También se vincula con una posible alteración de los ritmos circadianos, sobre todo durante la exposición nocturna, pudiendo ocasionar problemas para descansar; sin embargo, aún no hay estudios firmes que lo corroboren.

Aunque aún existe controversia acerca de su utilidad real, el uso de unas lentes para luz azul podría facilitar la conciliación del sueño, aunque se empleen pantallas antes de dormir, y ayudar a reducir la tensión ocular y prevenir cefaleas.

En cuanto a sus efectos sobre la piel, si bien se ha demostrado que no es tan dañina como la radiación UV (que, recuerda, sí que envejece la piel y puede producir cáncer), hay estudios que muestran que podría favorecer el estrés oxidativo celular y sus consecuencias: pérdida de firmeza, aparición de arrugas y manchas, o empeorar otras ya existentes como el melasma.

Por ello, el uso de cosmética con filtros HEV (high energy visible light) puede ser de gran ayuda en caso de exposición constante a este tipo de luz.

Tips para reducir los dolores de cabeza asociados a las pantallas

Si sufres dolores de cabeza frecuentemente y te planteas que puedan estar estrechamente relacionados con el uso constante de dispositivos electrónicos, aquí te dejo algunos consejos que puedes aplicar en tu día a día para comprobar si observas mejoría:

  1. En la medida de lo posible, trata de reducir el tiempo que pasas frente al dispositivo.

  2. Retírate de la pantalla para prevenir la fatiga ocular.

  3. Deja descansar la vista periódicamente mirando a un punto a, al menos, 5 metros de distancia, o completamente durante unos minutos cada 2 horas de uso continuado.

  4. Regula el brillo de la pantalla y reduce la luminosidad del entorno para evitar reflejos y deslumbramientos. 

  5. Vigila tu postura para no encorvarte, evita inclinar la cabeza y trata de relajar los hombros para prevenir tensiones.

Si después de aplicar estos cambios en tu día a día los síntomas persisten, contacta con tu médico.