4 mensajeros de la felicidad: dopamina, serotonina, noradrenalina y endorfina

Escrito por Celia Núñez el 28/06/2022

4 mensajeros de la felicidad: dopamina, serotonina, noradrenalina y endorfina

Hay que reconocer que no es que suene especialmente bonito: el cóctel químico de dopamina, serotonina, noradrenalina y endorfina de nuestro cerebro controla nuestro bienestar, nuestro estado de ánimo, nuestra sensación de felicidad, nuestra percepción y mucho más. Sin embargo, resulta fascinante considerar que alrededor de cien mil millones de células nerviosas de nuestro cerebro se comunican entre sí por medio de impulsos eléctricos, o sustancias mensajeras. Estas sustancias mensajeras también se denominan neurotransmisores. Hay una gran variedad de estos neurotransmisores, y hoy te presentaremos los cuatro más importantes para tu estado de ánimo.

 

Dopamina

Notamos este neurotransmisor especialmente cuando está presente en bajas concentraciones. La dopamina controla nuestro impulso, nuestro interés, nuestra sed de acción. Nos proporciona la energía necesaria para emprender, para alcanzar objetivos, lo que en última instancia nos hace felices. La dopamina nos "empuja" hacia todo lo agradable, bello, interesante, imaginativo....

Las personas con un nivel elevado de dopamina tienden a un comportamiento excesivo, ya sea en cuanto al consumo de drogas, el sexo, la impulsividad y/o la extroversión. Los pacientes con psicosis o esquizofrenia también tienen una concentración de dopamina inusualmente alta. El efecto de la cocaína y las anfetaminas puede explicarse de forma similar, ya que estas drogas provocan un aumento del nivel de dopamina.

El problema es que, cuando hay falta de este neurotransmisor, hacemos exactamente lo contrario; es decir, nada. Nos domina una enorme falta de impulso, interés y deseo, que también pueden ser síntomas de depresión. Una deficiencia de dopamina también es relevante en los cerebros de los pacientes de Parkinson. Los trastornos del movimiento típicos de la enfermedad se producen cuando los impulsos de movimiento dejan de transmitirse correctamente.

Como la dopamina puede ser bastante agotadora a largo plazo, la naturaleza ha ideado una gran contrapartida ¿Te suena la palabra “serotonina”?

 

Serotonina

La serotonina actúa como estabilizador. Asegura la serenidad, la armonía y la satisfacción. También interviene en nuestro comportamiento alimentario porque controla nuestra sensación de saciedad. También amortigua una serie de sentimientos que nos resultan desagradables, como el miedo, la pena, las preocupaciones, o también la agresividad.

La falta de serotonina se encuentra en varias enfermedades mentales: Trastornos de ansiedad, depresión de diversos grados, trastornos obsesivo-compulsivos. Sin embargo, un exceso de serotonina también tiene un efecto negativo en nuestra salud física y mental: El resultado puede ser la inquietud, la ansiedad, la agitación, los temblores y las contracciones musculares. En la mayoría de los casos, el llamado síndrome de la serotonina se desarrolla como resultado de una interacción de medicamentos.

Podemos ayudarnos a tener un mayor nivel de serotonina, como por ejemplo mediante la práctica de ejercicio.

 

Noradrenalina

Para que nuestra médula suprarrenal y el cerebelo produzcan noradrenalina, necesitan dopamina y una enzima. Este neurotransmisor controla nuestro estado de alerta y atención, y está estrechamente relacionado con la adrenalina.

Cuando se diagnostica un trastorno por déficit de atención o hiperactividad, se suelen administrar medicamentos para aumentar los niveles de dopamina o norepinefrina.

La noradrenalina es también un fármaco importante en medicina intensiva, y se administra en casos de hipotensión (tensión arterial baja), así como en reacciones de shock anafiláctico, séptico o cardiogénico, entre otras.

 

Endorfina

Las endorfinas son conocidas como la propia morfina del cuerpo, o analgésico. Se producen en nuestra glándula pituitaria, la hipófisis. Se liberan mayores cantidades de endorfinas sobre todo en situaciones extremas, por ejemplo, en el caso de una lesión grave o durante el parto. Las "emociones" positivas también provocan una mayor liberación de endorfinas, como ocurre en deportes como el puénting o el ala delta. Menos emocionante, pero también eficaz, son el yoga o la meditación.

Pero las endorfinas pueden hacer mucho más que "sólo" mitigar el dolor: tienen un efecto calmante, fortalecen el sistema inmunológico, aseguran un mejor sueño, alivian el estrés y hacen que te sientas alegre.

Una forma sencilla pero eficaz de liberar las hormonas de la felicidad es reír con ganas. ¿Sabías que 20 segundos de risa producen la misma cantidad de endorfinas que 5 minutos de remo?

Pero lo mismo ocurre con las endorfinas: con el entrenamiento regular, nuestro cuerpo se acostumbra a su "agente dopante" con bastante rapidez. Para satisfacer la demanda, son necesarias sesiones de ejercicio cada vez más largas. Sin embargo, si un día tienes que dejar de hacer deporte, tu estado mental se resentirá en forma de depresión. Así que, dado que el chute de endorfinas tiene un potencial adictivo, ¡asegúrate de mantener un equilibrio saludable!