Dieta equilibrada en verano: sí, es posible

Dieta equilibrada en verano: sí, es posible

El verano invita a relajarnos, disfrutar y salir de la rutina. Y aunque todo eso es positivo para nuestro bienestar emocional, también puede convertirse en un reto a la hora de mantener hábitos saludables, especialmente en lo que se refiere a la alimentación.

Vacaciones, reuniones sociales, escapadas improvisadas… El ritmo cambia, y con él, también nuestras decisiones en la mesa. Es fácil caer en los “picoteos” frecuentes, saltarse comidas o elegir opciones rápidas y poco equilibradas. Esta desconexión momentánea de nuestros hábitos se conoce como transgresiones alimentarias, un término que hace referencia a esos momentos en los que nos alejamos de una dieta equilibrada y saludable.

Pero no todo está perdido: con algunos consejos prácticos y una actitud flexible, pero consciente, cuidar tu alimentación durante el verano es perfectamente posible, sin renunciar al disfrute ni a los planes.

¿Por qué cuesta más mantener una dieta saludable en verano?

  • Más tiempo fuera de casa: nos exponemos con mayor frecuencia a comidas improvisadas, restaurantes o picoteos en la playa o en la piscina.

  • Cambios en los horarios: alteramos rutinas como los horarios de comida o descanso, lo que puede influir directamente en nuestro apetito o en la elección de alimentos.

  • Alta disponibilidad de alimentos ultraprocesados: helados, snacks salados, bebidas azucaradas… están más presentes y disponibles que nunca.

La buena noticia es que el verano también nos ofrece alimentos de temporada frescos, sabrosos y muy nutritivos, como frutas ricas en agua (melón, sandía, melocotón), hortalizas ligeras, pescados azules o infusiones frías sin azúcares añadidos.

Como explica Mar Santamaría, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, “el equilibrio no está en la restricción, sino en saber tomar decisiones informadas, adaptadas a cada situación y enfocadas en el bienestar general”.

Una dieta equilibrada en verano sí es posible 

Dieta equilibrada en verano: sí, es posible

Podemos llegar a creer que “dieta equilibrada” y “verano” son antagónicos. La buena noticia es que no tiene por qué ser así. Si tenemos en cuenta algunos consejos muy básicos, disfrutaremos de esta época del año sin descuidar nuestra alimentación”, afirma nuestra farmacéutica. 

Para conseguirlo, Mar Santamaría comparte las claves que te ayudarán a promover una alimentación sana y equilibrada sin renunciar al disfrute del verano: 
  1. Esto no va de extremos. Ten cierta tolerancia frente al hecho de no seguir una alimentación perfecta. Pero tampoco renuncies a nutrirte bien durante las vacaciones. Como primer paso para conseguirlo, toma conciencia de tus elecciones alimentarias.  

  2. Cuando leas la carta o el camarero te pregunte qué vas a tomar, es el momento de pararte un segundo y valorar las distintas opciones. Tanto en la terracita con los amigos, como en el festival de verano o de viaje, siempre hay cierto margen para hacer una mejor elección. Cambia una copa de más por un agua con gas y rodaja de limón; una sin alcohol o un té kombucha fresquito, por ejemplo.   

  3. El gran paso para comer mejor es comprar mejor. Lo que no entra en la despensa, no se consume. Tan sencillo como esto. Si quieres alimentarte mejor, hazte con mejores alimentos. Eso significa prescindir de la solución rápida que representan los ultraprocesados (que siempre son mala elección). Y sustituirlos por alimentos frescos y densos en nutrientes.   

  4. Planifícate, haz una lista y reserva un momento de la semana para acudir a tus tiendas de confianza a por estos alimentos frescos. Lo sabemos: ahora da más pereza hacer la ruta de las compras por el barrio. Resérvate un ratito para ello. También puedes pasarte al online y pedir las cajas de hortalizas directas de los productores locales, de tiendas de mercados o pequeños comercios de proximidad, como pescaderías, carnicerías y fruterías que te lo lleven a domicilio.  

  5. En casa, opta por lo sencillo. Durante estos días tan calurosos, no apetece encender fogones. Ni hacer recetas complejas. Póntelo fácil: opta por elaboraciones sencillas, sabrosas y, al mismo tiempo, sanas. Un buen tomate por la mitad, con requesón por encima y anchoas, y ya tienes el primer plato solucionado. Hortalizas crudas, ensaladas variadas y cocciones ligeras para el pescado y la carne. Menos, es más, pero sin renunciar a comer bien.   

  6. Ultraprocesados: cuantos menos, mejor. Insistimos en este punto porque ya sabes que deberían estar excluidos de la lista de la compra, aunque siempre se acabe colando alguno. Pues eso, sigue reservando el consumo de este tipo de productos para momentos muy puntuales. Sí, aunque sea verano.  

  7. Aprende a leer etiquetas, porque no todo va de ultraprocesados en el supermercado. También puedes encontrar un buen gazpacho o crema de verduras saludables (sin que te cuelen ingredientes innecesarios, de ahí la importancia de leer bien las etiquetas). Te quitan de un apuro si dispones de poco tiempo, y seguirás comiendo bien.  

  8. ¡Las frutas de verano, son las mejores! Jugosas, refrescantes y sabrosas. A quién no le apetecen la sandía, el melón, las ciruelas, los melocotones, nectarinas y paraguayos... ¡Tómalas a bocados en cualquier momento! Y juega a hacer sopas frías y postres con ellas, y a incorporarlas en tus ensaladas. Las legumbres cocidas y de calidad también son un recurso estrella para preparar ensaladas fresquitas. 

  9. Sigue compartiendo comidas y buenos momentos: el verano es para las largas sobremesas con amigos y familiares. No renuncies a estos momentos tan especiales, porque también forman parte de nuestra Dieta Mediterránea. Eso sí, asegúrate de que la Dieta Mediterránea esté también dentro de los platos y entre los ingredientes. 

  10. Si tienes dudas (o esto de “comer mejor” se te hace una montaña), consulta con profesionales actualizados: nutricionistas y profesionales de la salud formados en nutrición que puedan echarte un cable en forma de buen asesoramiento. Si practicas deporte de alta intensidad, estás embarazada, tienes alguna enfermedad o sobrepeso... No te lo pienses y pregunta a quién sabe.  

Así pues, aunque haya muchos estímulos que nos lleven a pensar que las vacaciones de verano no son compatibles con la alimentación saludable, la realidad es que sí que es posible mantener una dieta equilibrada si seguimos estos consejos prácticos.  

Con un enfoque flexible, siendo conscientes de la situación, dedicando tiempo a la reflexión y con la ayuda de profesionales siempre que sea necesario, se puede disfrutar del verano sin descuidar la salud.