El protector térmico, un escudo para el cabello

Más o menos elaborada, lo cierto es que todos tenemos una rutina para el cuidado de nuestro cabello y habitualmente en ella se utilizan altas temperaturas para secarlo y moldearlo. No obstante, aunque el cabello es muy resistente, el uso de secadores, planchas o rizadores termina por deshidratar la fibra capilar. 

Pero que no cunda el pánico, porque la mejor defensa es un protector térmico. Un producto que, ya sea por desconocimiento o por falta de tiempo, muchas veces dejamos de lado. Así te puede ayudar el que a partir de ahora será un indispensable en la rutina de cuidado de tu cabello.

Así funciona la mejor defensa para el cabello 

El cabello es una fibra que se caracteriza por tres cualidades: porosidad, elasticidad y resistencia. Una combinación de características que lo hacen adaptable y que le permiten soportar la acción de altas temperaturas (¡hasta 230ºC!). Pero, todo tiene un límite, porque las herramientas que usan el calor son el segundo factor que más debilita el cabello, justo por detrás de los tintes o decolorantes y sus agentes químicos. El uso de secadores, planchas de pelo o rizadores pueden incluso llegar a deshidratar el cabello.

En este punto entra en juego el protector térmico, que actúa como un escudo protegiendo el cabello de las agresiones térmicas. Pero, además, tiene otros beneficios: 

• Ayuda a proteger la queratina que conforma de manera natural la fibra capilar.

• Funciona como oclusivo, es decir, reduce la porosidad del cabello y sella la cutícula. De esta manera, la fibra capilar retiene mejor la humedad y contrarresta el efecto deshidratante de las altas temperaturas. 

• Muchos de ellos incluyen ingredientes emolientes que ayudan a suavizar el cabello y a mantenerlo hidratado. Esto facilita el desenredado y reduce la rotura del cabello.

• Contribuye a conservar la hidratación natural del cabello, convirtiéndose así en una de las claves para mantener a raya el encrespamiento. 

Este es tu protector térmico ideal y así deberías aplicarlo

Ya sabemos todo lo que nos puede ofrecer el uso del protector térmico. Pero ¿cómo elegir el indicado? Lo primero que debemos tener en cuenta es el tipo de cabello que tenemos. Si nuestro cabello tiende a la sequedad, lo ideal es escoger un protector térmico en formato crema o sérum que incluya ingredientes humectantes como la manteca de karité o la jalea real. Si, por el contrario, tenemos un cabello grueso y con tendencia al encrespamiento, es mejor elegir un protector térmico en formato spray, mucho más ligero para evitar engrasarlo.

Por último, debemos prestar atención al modo de aplicación. Es muy fácil aplicar el protector térmico de forma correcta, para ello, separa el cabello en mechones y extiéndelo de medios a puntas. Una vez hecho esto, ya puedes empezar a moldear el cabello con la plancha o el rizador. Además, el protector térmico también se puede aplicar con el cabello mojado. Si este es tu caso, retira primero la humedad excesiva con la toalla a leves toquecitos y después aplica el protector térmico. Ahora ya puedes utilizar el secador sin miedo a deshidratar tu cabello. 

En definitiva, utilizar protector térmico no sólo es añadir un paso más en la rutina de cuidado del cabello, sino que se traduce en un aumento visible de la salud y brillo de nuestra melena. Y tú, ¿te apuntas a la revolución del protector térmico?