
El verano ya empeiza a ser un sueño, aunque todavía podamos notar sus huellas en la piel. Puede que la notes más apagada, con un tono cetrino o incluso con nuevas manchas que antes no estaban ahí. Nada fuera de lo común: durante los meses más soleados, la piel reacciona al sol engrosando su capa más externa (el estrato córneo) para protegerse. A eso se le suma la aparición de hiperpigmentaciones, ya sean nuevas o más intensas que antes.
¿Lo ideal? Claro, haber seguido una buena rutina de protección solar, con productos adecuados y una exposición controlada. Y si eres de las que tienden a desarrollar manchas, continuar con activos despigmentantes todo el verano. Pero no siempre es tan fácil como suena, y si tu piel está pidiendo un reset, el otoño es el momento perfecto para dárselo.
En este contexto, Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, comparte los trucos para revertir la situación aprovechando el “cambio de armario cosmético” tan típico de esta época, con el objetivo de adaptar de forma óptima la rutina de cuidado de la piel a la llegada del frío.
Consejos para minimizar la huella del verano y optimizar el autocuidado en otoño
Otoño es la estación perfecta para retomar o intensificar el uso de ingredientes renovadores en la rutina facial de noche: retinoides y/o ácidos exfoliantes. Aumentan la tasa de renovación epidérmica y combaten manchas, aunque no es necesario utilizar ambos tipos de ingredientes. Serán clave las necesidades y el nivel de tolerancia de la piel, el asesoramiento sobre cuál es el más adecuado, así como empezar a utilizarlo (o incrementar su potencia) paulatinamente e integrarlo de manera armónica a la rutina facial, junto al resto de activos y productos. En el caso de los retinoides, que han aumentado las búsquedas en web un 29% entre los meses de septiembre y octubre de 2024, es especialmente importante empezar poco a poco, para permitir que la piel se vaya adaptando a este tipo de ingrediente, lo que se conoce como proceso de retinización. Esto es así por lo general, pero sí que existe alguna excepción, según la concentración y el tipo de derivado del ingrediente: por ejemplo, este producto de ISDIN no requiere de este proceso.