
El verano es sinónimo de sol, paseos y reencuentros… pero también de temperaturas extremas que pueden poner en riesgo la salud de quienes más queremos: nuestros mayores. Y es que, aunque el calor afecta a todos, son las personas mayores quienes más sufren sus efectos. La Organización Mundial de la Salud lo deja claro: los golpes de calor no solo son la primera causa de muerte relacionada con el clima, sino que además pueden agravar enfermedades como la diabetes, el asma, los trastornos mentales o las dolencias cardiovasculares.
A medida que el planeta se calienta, aumentan también los riesgos asociados al verano. Cuidar a nuestros abuelos y abuelas ya no es solo un acto de amor, sino una necesidad de salud pública. En el contexto del Día de los Abuelos, que se celebra el 26 de julio, nuestra farmacéutica Mar Santamaria, Responsable de Atención Farmacéutica en PromoFarma by DocMorris, nos ofrece una guía clara y práctica para proteger a quienes tanto nos han cuidado.
Diez consejos sencillos que pueden marcar la diferencia entre un verano tranquilo y uno lleno de sustos innecesarios. Porque el calor no da tregua, pero el cuidado consciente sí puede darnos paz.
Consejos para cuidar de la salud de los abuelos entre altas temperaturas

Beber agua, aunque no siempre tengan sed. Las personas de edad avanzada no notan tanto esta sensación de sed. Algunos consejos para conseguir que se hidraten bien son: establecer una cierta frecuencia (por ejemplo, cada dos horas, beber agua a pequeños sorbos). En algunos casos, también puede ser útil programar alguna alarma-recordatorio (como se hace para la toma de medicación). Otra opción es rellenar una botella o jarro de agua de 1,5L por la mañana, para cuantificar cuando se va bebiendo a lo largo del día.
Evitar las bebidas alcohólicas y con cafeína (café, té), porque contribuyen a una mayor deshidratación. Así como las muy azucaradas.
Incluir alimentos con gran contenido de agua en cada comida. Algunos ejemplos serían las cremas frías, gazpacho, frutas y hortalizas bien jugosas (sandía, melón, melocotón, pepino, ensaladas...).
También es aconsejable evitar comidas copiosas, con abundantes grasas y/o muy picantes, especialmente antes de ir a dormir.
En casa, se deben guardar los medicamentos en el lugar más fresco del domicilio; y solo retirarlos de la farmacia cuando sean necesarios (no almacenarlos).
A nivel de estilo de vida, hay que procurar que se vayan refrescando y que permanezcan en lugares frescos, climatizados y/o sombras. Dentro de la vivienda, es recomendable tener las persianas bajadas durante las horas centrales del día. Y abrir para ventilar bien a primera y última hora.
Evitar salir durante las horas más calurosas del día. Los paseos, las compras y los recados, mejor a primera hora o al atardecer, cuando afloje el calor ambiental.
La ropa es mejor que sea fresca, de colores claros y holgada, que no quede demasiado ajustada al cuerpo. El uso de sombreros y gafas de sol es muy necesario.
Nadie debe permanecer dentro de un vehículo estacionado y cerrado, aunque sea durante poco tiempo.
Es aconsejable realizar una vigilancia activa de los familiares mayores y/o que padezcan enfermedades crónicas, sobre todo: insuficiencia renal, enfermedades metabólicas, sobrepeso y trastornos del estado de ánimo. También podemos interesarnos por los vecinos de edad avanzada, y comentarles que nos avisen si necesitan algo.
Guía de actuación frente a una persona con síntomas de agotamiento por altas temperaturas o sospecha de un golpe de calor
Es muy importante seguir, previamente, los pasos mencionados para mantener el bienestar de las personas mayores, pero también de la población en general. No obstante, ¿qué pasa si no se ponen en marcha de la forma adecuada? Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma, comparte los pasos a seguir en caso de detectar a una persona afectada por las altas temperaturas:Primero la trasladaremos a un sitio fresco y sombreado.
Procuraremos refrescarla activamente: dándole agua para beber a pequeños sorbos; retirando el exceso de ropa o aflojándola; abanicándola; y/o aplicando paños húmedos sobre la piel (o, si se encuentra muy acalorada, aplicando agua fresca directamente).
Avisaremos y pediremos ayuda, si es necesario, llamando al 112 (número de emergencias).
Si la persona pierde el conocimiento y/o padece vómitos, deberemos recostarla de lado en la posición de seguridad. Siempre que sea necesario, hay que proceder con las pautas de primeros auxilios mientras esperamos asistencia médica.