Salud ocular y auditiva
Cómo tratar la blefaritis
Sensación de tener algo dentro del ojo como arena, enrojecimiento, picor... ¿Te suena alguno de estos síntomas? Es posible que sufras de sequedad ocular y no estás solo/a. ¿Sabías que casi un tercio de la población adulta padece sequedad ocular? Debido al deterioro de las condiciones, sobre todo la contaminación y el uso del aire acondicionado, los casos de sequedad ocular han aumentado considerablemente en los últimos años.
Compuestas principalmente de agua y sustancias grasas, las lágrimas actúan como una fina barrera delante de la córnea. Son producidas continuamente por las glándulas lagrimales y luego se extienden por toda la superficie del ojo mediante el parpadeo de los párpados. Cuando su calidad o cantidad son insuficientes, el ojo se seca y puede ser fuente de molestias.
¿Qué es el ojo seco? ¿Cuáles son sus síntomas y causas? ¿Cómo puede prevenirse la sequedad ocular? ¿Qué tratamiento existe para el síndrome del ojo seco? ¡Vamos a analizarlo!
¿Qué es el ojo seco?
El ojo seco está causado por una producción reducida o de mala calidad de lágrimas. Los síntomas son múltiples: hormigueo, sensación de arena en los ojos, párpados que se pegan, etc.
La sequedad ocular suele estar relacionada con el envejecimiento, pero no es la única causa. El uso de pantallas también influye. La sequedad ocular causa molestias visuales y, en algunos casos, puede provocar irritación de la córnea e infecciones oculares.
¿Cuáles son los síntomas y las causas de la sequedad ocular?
La sequedad ocular es responsable de molestias oculares, con síntomas que suelen ser muy reveladores:
Hormigueo, picor, sensación de quemazón y polvo, arena en los ojos,
Sensibilidad a la luz, al humo, al viento, etc.,
Mayor necesidad de parpadear con frecuencia,
Molestias al abrir los ojos por la mañana, sensación de párpados pegados,
Ausencia de lágrimas en determinadas situaciones que se sabe que las provocan: pelar cebollas, emociones, etc,
Sensación de ver con menos claridad o de ojos cansados,
Molestias al llevar lentes de contacto.
La edad es una de las causas más comunes de la sequedad ocular, que afecta al 15% de las personas mayores de 60 años. Esta disminución de la producción de lágrimas se ve agravada por los cambios hormonales ligados a la menopausia en las mujeres y a la andropausia en los hombres.
El medio ambiente es también una de las principales causas de la sequedad ocular. La contaminación, el aire seco o climatizado, el humo de los cigarrillos, el uso prolongado de pantallas, incluidas las de ordenador, el viento, pero también la altitud, pueden resecar los ojos.
El uso de lentes de contacto inadecuadas y la toma de ciertos medicamentos también pueden provocar sequedad ocular, en particular ciertos antidepresivos, analgésicos, somníferos, etc.
Por último, patologías como las enfermedades autoinmunes o los trastornos inflamatorios generalizados pueden ser la causa de una falta de lágrimas. No dudes en consultar a tu médico si lo necesitas.
¿Cómo se puede prevenir la sequedad ocular?
Existen varios remedios tradicionales para prevenir y posiblemente remediar la sequedad ocular, entre ellos una dieta rica en ácidos grasos omega-3 y 6 y vitaminas E, A y C. También se pueden aplicar compresas calientes en los párpados por la mañana y por la noche. El calor ayuda a descongestionar las glándulas lagrimales, derrite las sustancias grasas de las lágrimas y ayuda a evacuarlas para que la sustancia cubra completamente el ojo. El agua floral de aciano también es famosa por su acción drenante y descongestionante en compresas. Por último, la aplicación de una mascarilla calentadora es una solución de doble uso que activa la producción de lágrimas y descansa los ojos al tiempo que obliga al cuerpo a tomarse un respiro.
Es importante prevenir la aparición de ojos secos, porque la blefaritis es una de sus consecuencias. La blefaritis es una afección ocular frecuente que causa irritación en los bordes de los párpados. Las personas afectadas de blefaritis experimentan sequedad ocular, irritación y dolor. Los ojos también se enrojecen e inflaman.
Con el tiempo, los ojos se vuelven más vulnerables a las infecciones, ya que la película protectora que los cubre desaparece gradualmente. La sequedad ocular provoca fatiga visual y los consiguientes dolores de cabeza.
¿Qué tratamiento existe para el síndrome del ojo seco?
Existen varios colirios y geles para aliviar la sequedad ocular. Estos colirios "ojo seco" compensan la falta de lágrimas proporcionando lágrimas artificiales. No tratan la causa subyacente, pero mejoran considerablemente el día a día de los afectados.
Los tratamientos más comunes incluyen lágrimas artificiales o geles lagrimales, que contienen solución salina, polímeros de celulosa o carbómeros. Estos productos, de venta libre en farmacias, pueden utilizarse en lugar de las lágrimas para humedecer el globo ocular.
También existen sprays que rehidratan el ojo más fácil y rápidamente que el gel o el colirio. Estos productos suelen utilizarse varias veces al día y se presentan en frascos que pueden conservarse durante un mes, gracias a un conservante a base de cetrimida o cloruro de benzalconio. Algunos se presentan en forma de sistema "abak". Están equipados con un dispositivo que elimina la necesidad de conservante o tienen un filtro que filtra el conservante para que no entre en contacto con el ojo. Una vez abiertos, estos frascos pueden conservarse durante 8 semanas.
Otros productos están disponibles en monodosis para la hidratación de un día, que luego pueden desecharse. También se pueden aplicar geles, lágrimas artificiales o toallitas para párpados antes de acostarse para humedecer los ojos mientras se duerme, y así despertarse con los ojos bien hidratados.
Pero ¡cuidado! La sensación de sequedad ocular puede no estar relacionada con la sequedad ocular, sino que puede ser una sensación que se produce cuando se segregan lágrimas normalmente. Es el caso cuando los ojos están sobrecargados o expuestos a productos irritantes, o durante una rinitis alérgica estacional. Si esta impresión persiste, es imprescindible consultar al médico de cabecera y/o a un oftalmólogo.
**Artículo traducido y adaptado por Seila Cuartero, redactado originalmente en francés por la farmacéutica Sandrine Nail-Billaud.
