
Muchos padres se encuentran buscando información sobre por qué sus pequeños gritan o se agitan mientras duermen. Si eres uno de ellos, no estás solo. Las noches pueden volverse inquietantes cuando tu hijo se despierta gritando, y es importante saber si se trata de terrores nocturnos o pesadillas.
Muchas veces, los términos se usan indistintamente, pero tienen diferencias significativas que pueden cambiar la forma en que manejas la situación. Sin más preámbulos, ¡vamos a adentrarnos en este tema para que las noches de tu familia sean más tranquilas!
¿Qué son los terrores nocturnos y por qué ocurren?
Definición de terrores nocturnos
Los terrores nocturnos son episodios repentinos de miedo intenso que pueden hacer que tu hijo grite, se agite o incluso se sienta confuso al despertar. A diferencia de las pesadillas, que son sueños aterradores, los terrores nocturnos ocurren en una fase más profunda del sueño, lo que puede llevarte a pensar que tu niño está despierto, pero en realidad, está en un estado de inconsciencia.
Es fundamental entender que estos episodios pueden ser desconcertantes tanto para los padres como para el niño, pero son una parte normal del desarrollo infantil en muchas ocasiones.
¿Cuándo son más comunes?
Estos episodios son más frecuentes en niños de entre 3 y 12 años. ¿Te imaginas? En este rango, sus cerebros aún están en desarrollo y pueden tener dificultades para regular sus emociones durante la noche. Sin embargo, esto no significa que no puedan ocurrir en otros grupos de edad. Es importante observar el patrón de sueño de tu hijo y estar atento a cualquier cambio en su comportamiento, ya que esto podría ser una señal de que algo está afectando su descanso.
¿Qué los provoca?
El estrés, la falta de sueño, y cambios en la rutina pueden ser culpables de estos episodios aterradores. A veces, un día muy activo puede desencadenar un terror nocturno. La ansiedad y el estrés también pueden jugar un papel importante. Así que, si has notado cambios en su comportamiento durante el día, ¡puede que haya una conexión! Identificar lo que podría estar causando estos episodios es vital para ayudar a tu hijo a tener noches más tranquilas.
Las pesadillas: un miedo más conocido
Características de las pesadillas
A diferencia de los terrores nocturnos, las pesadillas son sueños aterradores que suelen ocurrir durante la fase REM del sueño. Tu hijo probablemente se despertará asustado y recordará lo que soñó. Esto puede hacer que sea más fácil hablar sobre sus sentimientos y ayudarle a calmarse después. Las pesadillas pueden ser el resultado de experiencias diarias, miedos o incluso películas que hayan visto, y es esencial estar dispuesto a escuchar las inquietudes de tu hijo.
¿Cuándo suelen aparecer?
Las pesadillas pueden ocurrir a cualquier edad, pero son más frecuentes en los años preescolares y durante la infancia. Si tu pequeño tiene pesadillas recurrentes, puede ser un signo de que algo le preocupa o le inquieta en su vida diaria. Estar atento a estos patrones puede darte pistas sobre lo que le está sucediendo y cómo ayudarlo mejor.
¿Cómo reaccionar ante una pesadilla?
Lo más importante es ofrecer consuelo. Reafirma que está a salvo y que es normal tener miedo a veces. Compartir algunos cuentos de hadas o hablar sobre lo que le asustó puede ayudar a procesar el miedo. Asegúrate de brindarle un ambiente cálido y amoroso, donde se sienta seguro para expresar sus emociones sin miedo al juicio.
Diferencias claves entre terrores nocturnos y pesadillas

Respuesta física
Una de las diferencias más notables entre ambos fenómenos es la respuesta física. Durante un terror nocturno, un niño puede sudar, respirar rápidamente o tener el corazón acelerado. Por otro lado, en una pesadilla, el niño generalmente se despierta asustado, pero puede calmarse con un poco de cariño. Esta diferencia en la respuesta física puede ayudar a los padres a identificar rápidamente qué está experimentando su hijo.
Recuerdo del evento
Los niños que sufren terrores nocturnos no suelen recordar lo que ocurrió la noche anterior. Mientras que aquellos que experimentan pesadillas pueden describirte la historia de su sueño aterrador, permitiéndote entender mejor sus miedos. Este aspecto del recuerdo puede ser una herramienta útil para los padres en el manejo de las emociones de sus hijos.
Tiempo de ocurrencia
Los terrores nocturnos suelen ocurrir en las primeras horas de la noche, mientras que las pesadillas son más comunes en la segunda mitad de la noche, cuando el sueño REM es más intenso. Esta es una pista clave para diferenciarlos, así que ¡presta atención a la hora! Tener en cuenta estos tiempos puede ser útil para los padres que buscan comprender el ciclo de sueño de su hijo.
¿Qué hacer si tu hijo tiene terrores nocturnos?
Mantén la calma
Si te encuentras en medio de un ataque de terror nocturno, lo mejor que puedes hacer es mantener la calma. Sabemos que ver a tu hijo asustado puede ser aterrador, pero recuerda que no puedes hacer mucho en ese momento. Asegúrate de que no se lastime y espera a que el episodio termine. Tener una actitud tranquila puede influir en cómo tu hijo se siente durante y después del episodio.
Crear un ambiente seguro
Es importante que el espacio de tu hijo sea seguro. Retira objetos que puedan causar daño si se mueve mientras está en este estado. Además, puedes considerar establecer una rutina relajante antes de dormir para ayudar a prevenir estos episodios. Un ambiente seguro y cómodo puede disminuir la probabilidad de que ocurran terrores nocturnos.
Hablar sobre el tema
Después de un episodio, si tu hijo parece estar dispuesto, pregúntale cómo se siente. A veces, hablar sobre sus emociones puede ayudarles a sentirse más seguros. También puedes introducir técnicas de relajación o respiración que pueden ayudar antes de dormir. Generar un espacio de comunicación abierto puede ser beneficioso para fortalecer la confianza entre tú y tu hijo.
Consejos para prevenir pesadillas
Establecer rutinas relajantes
Crear una rutina de sueño que incluya actividades tranquilizadoras, como leer cuentos o practicar la meditación, puede ser muy beneficioso. Estas actividades pueden ayudar a calmar la mente de tu hijo antes de dormir. Establecer un ambiente sereno puede facilitar que tu hijo se adentre en un sueño reparador.
Identificar fuentes de estrés
Si notas que las pesadillas se están volviendo frecuentes, analiza si hay algo que le preocupa en su día a día. Hablar sobre sus emociones y ayudarle a procesar cualquier temor puede hacer una gran diferencia. Estar atentos a lo que les preocupa puede permitirte actuar antes de que se convierta en un problema mayor.
Crear un ambiente acogedor
Asegúrate de que la habitación sea un lugar donde tu hijo se sienta seguro. Usar luces de noche o tener su juguete favorito a mano puede ser reconfortante. Recuerda, un ambiente acogedor puede hacer maravillas para la tranquilidad de tu pequeño.
Entender la diferencia entre terrores nocturnos y pesadillas es importante para poder ayudar a nuestros hijos durante esas noches inquietantes. Mientras que los terrores nocturnos pueden ser aterradores y desorientadores, las pesadillas a menudo son más fáciles de manejar. Mantener la calma, crear un ambiente seguro y establecer rutinas relajantes son pasos que pueden ayudar a tu pequeño a tener noches más tranquilas.
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