Guía básica: Cómo crear una rutina facial

Escrito por Aïna Munné Bertran el 22/09/2020

Chica joven aplicando la rutina facial con toalla en la cabeza

¿Hace falta usar tónico? ¿Qué debería tener en cuenta para elegir los productos? ¿Cuáles son los pasos esenciales para hacer una rutina facial?

Si te estás preguntando cómo crear una rutina facial efectiva para ti, has llegado al post indicado. La piel es un órgano muy importante: además de ser una primera barrera de protección actúa como reserva de agua en el cuerpo. Y la piel de la cara es la que más cuidados necesita, ya que está más expuesta.

Ya no es cuestión de estética, ¡es cuestión de salud!

Para construir una buena rutina facial necesitamos conocer los factores a los que está sometida, y en función de eso, ajustar los pasos de rutina para conseguir los objetivos de tratamiento.

Desde prevenir el envejecimiento prematuro, a corregir unas manchas o evitar la proliferación de granitos: una buena rutina de cuidado facial puede llevar tu piel al siguiente nivel.

Cómo saber qué tipo de piel tienes

¿Te has preguntado alguna vez qué tipo de piel tienes? Hay más de una manera de clasificar la piel, y algo que te recomendamos es hacer el test de piel para saber una primera propuesta de rutina adaptada a sus necesidades.

Tu piel puede producir más o menos sebo, ser más o menos sensible, etc. Además, hay pieles más propensas a producir manchas o presentar problemas de granitos.

Saber el tipo de piel te dará un punto de referencia para cuidarla, a distinguir qué tipo de productos escoger del amplio abanico de posibilidades. ¡Pero no es el único punto importante!

Adapta la rutina a la zona donde vives (y a la época del año)

Si vives en una ciudad tu piel estará sometida a contaminación, por ello tu rutina deberá incluir ingredientes antioxidantes y antipolución. Por ejemplo, vitamina C, té verde, vitamina E, pululano, niacinamida, etc.

Si vives en una zona menos contaminada, pero estás en la montaña o en el mar, la protección solar será necesaria durante todo el año debido a que la incidencia de los rayos UVA es mayor en esas zonas. Además, es buena idea incorporar filtros solares de amplio espectro que protejan también contra radiación infrarroja (IR).

¿Tu entorno es seco o más bien húmedo? Es un punto importante. Por ejemplo, aunque tengas la piel grasa, si vives en un clima seco y es invierno es probable que prefieras las texturas de crema más ricas, y que normalmente se indican para pieles secas.

O al revés: una piel seca en un clima húmedo necesitará una hidratante algo más ligera. Guíate por tu intuición a la hora de elegir las texturas que sean más confortables.

Y por último, adáptate a la época del año. Por ejemplo, hay ingredientes cosméticos que son incompatibles durante las épocas de sol, y que es mejor evitarlos en tus productos.

Fija tus objetivos de tratamiento

¿Qué te preocupa de tu piel? ¿Quieres prevenir los signos de envejecimiento? ¿Mejorar las manchas? ¿Evitar las rojeces? Márcate un objetivo realista y alcanzable y busca productos que te ayuden a conseguirlo.

Una buena idea es hacer una rutina básica (limpieza, hidratación, protección solar) y añadir un sérum de tratamiento que trate tus objetivos.

Consulta tu dermatóloga

Si sospechas que podrías tener una patología de piel, antes de hacer una rutina facial visita el dermatólogo/a para que te paute el tratamiento más adecuado. Puede que te recomiende medicación, procedimientos médico-estéticos y/o productos de tratamiento para tu caso en concreto.

En PromoFarma puedes encontrar productos faciales que complementarán estos tratamientos, como por ejemplo para la rosácea, el acné y la piel atópica.

Orden de los productos de la rutina

Si tienes pocos conocimientos sobre rutinas o poco tiempo, decántate por la rutina básica que te proponemos a continuación. Es lo mínimo esencial que necesita tu piel para estar sana y evitar daño oxidativo.

Adapta los pasos según el tiempo que tengas y el estado de tu piel, a veces no será necesario hacerlos todos.

Rutina básica de día

  1. Limpieza: ¡sí! por la mañana necesitamos limpiar la piel con producto específico. Lavarla solo con agua no es suficiente, y tampoco es bueno hacerlo con el gel de ducha.

  2. Tonificación: añadir un tónico en la rutina puede beneficiarte en muchos sentidos. Hoy en día los tónicos hacen mucho más que equilibrar el pH tras la rutina de limpieza, contienen ingredientes hidratantes, exfoliantes y tratantes y constituyen un paso muy útil. Un truco: aplícalo directamente con las manos, a toques, sin necesidad de algodón.

  3. Hidratación: después de secar la piel (a toques, con una toalla), es el turno de la hidratante. Desde lociones ligeras, a geles, cremas y bálsamos con texturas ricas. Hay cremas hidratantes para todos los gustos.

  4. Protección solar: este paso es indispensable. La protección solar facial evita quemaduras, previene del daño oxidativo y retrasa la aparición de los signos de envejecimiento (arrugas, manchas, pérdida de firmeza). Hay que usar un fotoprotector adecuado a tu tipo de piel durante todo el año.

Rutina básica de noche

  1. Desmaquillado: si has usado maquillaje durante el día, es necesario retirarlo antes de ir a dormir. Te recomendamos el método de desmaquillado más efectivo: la doble limpieza. Se realiza aplicando un producto desmaquillante, por ejemplo un aceite o un bálsamo de limpieza.

  2. Limpieza: puedes utilizar el mismo limpiador que has usado en la rutina de día.

  3. Tonificación: puedes usar el mismo tónico que has usado por la mañana, o uno más específico y tratante durante la noche.

  4. Hidratante: puedes aplicar la misma que usas de día, o una crema hidratante de noche.

Ahora ya tienes la base para empezar a cuidar tu piel paso a paso. Puedes ir añadiendo otros productos a medida que ganes más experiencia y quieras cubrir más objetivos, como por ejemplo un sérum de tratamiento, unas ampollas o un exfoliante facial. O… ¿qué tal un contorno de ojos?