La salvia (Salvia Officinalis) es una planta silvestre y aromática autóctona de la zona mediterránea bien conocida por sus usos tradicionales en el cuidado de la salud. Sus principios activos, como el ácido rosmarínico, están reconocidos por la Farmacopea Europea y se le atribuyen propiedades antioxidantes, digestivas y antibacterianas. Se trata de una planta con múltiples propiedades que puede ingerirse en forma de complemento alimenticio o infusionada. También se puede aplicar a nivel tópico, en cremas o lociones.
Algunos complementos alimenticios de apoyo durante la perimenopausia y menopausia contienen extracto de salvia, puesto que contribuye a mitigar los sofocos y otras molestias. Por sus propiedades emenagogas, también ayuda a regular la menstruación. En uso tópico, en la cavidad oral (a modo de infusión o extracto para gargarismos), es antiinflamatoria y antiséptica gracias a los componentes de su aceite esencial. De este modo, contribuye a suavizar la garganta y la mucosa bucal irritada.
Además, la salvia ayuda a regular la digestión y es útil para el alivio de la dispepsia leve. Debe evitarse el uso prolongado del extracto de esta planta, o en dosis altas, ya que podría tener efectos no deseados. Su toma por vía oral o la utilización del aceite esencial de salvia está claramente contraindicado durante el embarazo y la lactancia. En este sentido, es importante seguir siempre las indicaciones y posología indicadas por el fabricante. En caso de duda, toma de medicación o situación especial, será imprescindible consultar con un/a profesional sanitario/a.