La harina de garbanzo es un sustituto perfecto de la harina de trigo, ya que no contiene gluten y es ideal para personas con intolerancias alimenticias. Además, es más fácil de digerir que la legumbre cocida y tiene unas propiedades similares. Es una fuente rica en vitaminas, ácidos grasos esenciales, hidratos de liberación lenta y fibra, que favorecen el tránsito intestinal.