Cultivada desde hace siglos por campesinos japoneses, la raíz de bardana es de las más utilizadas en Japón. Está elaborada siguiendo el método de conservación tradicional: la raíz viene cortada en finas tiras puestas después a secar al sol. Puede contener trazas de soja y gluten. Conservar en lugar fresco y seco, alejado de la luz solar y la humedad.